Durante años muchos investigadores han tratado de imitar el proceso que hacen las plantas en la fotosíntesis (la forma con que una planta puede capturar la energía solar y almacenarla en enlaces químicos mediante la división del agua y el dióxido de carbono) para aplicarlo entre otras a la producción de energía fotovoltaica y encontrar nuevas alternativas de bio – combustibles que sean eficientes y económicos a su vez.

Investigadores como Nathan S. Lewis que lleva más de 40 años trabajando en el sector de los combustibles solares y la industria química solar, está muy cerca de lograr producir y comercializar combustibles obtenidos exclusivamente con luz solar, agua y dióxido de carbono.

Las tecnologías de combustibles solares son sistemas de desarrollo que utilizan componentes robustos, baratos y altamente eficientes para producir combustibles que pueden utilizarse fácilmente en nuestra infraestructura energética existente.

Esta tecnología utiliza la luz solar, el agua, el dióxido de carbono y el nitrógeno del aire para producir combustibles haciéndose sostenible y no produce emisiones netas de dióxido de carbono.

¿Cómo funcionarían los combustibles solares?

Diseño de envoltura de burbujas para un dispositivo de combustibles solares, compuesto de células plásticas que concentran la luz solar, con cada célula que contiene un pequeño componente activo (semiconductores, catalizadores y membranas) y agua.

Este diseño utiliza lentes de plástico simples y económicas para concentrar la luz solar y, por lo tanto, permite una reducción de diez veces en los materiales utilizados para los componentes activos en relación con los requisitos de materiales para los dispositivos sin concentrar las lentes.

Fuente: Lewis Research Group