La energía solar es sin duda un tipo de “tecnología del futuro” de la cual hemos escuchado cada vez más en las últimas décadas. Y es emocionante descubrir que ese futuro finalmente llegó (a excepción de los carros voladores), ya que podemos acceder fácilmente a soluciones de energía solar sin hacer grandes inversiones y con excelentes resultados.

Es por eso que vale la pena analizar, desde una perspectiva socio-económica, lo que representa la energía solar como activador de desarrollo y progreso del lugar donde vivimos. Pero primero, es importante reconocer las diferencias entre Progreso y Desarrollo:

Progreso

Las actividades realizadas en función de mejorar la calidad de vida de los habitantes de un lugar.
Ejemplo:Comprar un vehículo para viajar más cómodo a cualquier lugar.

Desarrollo

Las actividades económicas realizadas para fomentar el progreso.

Ejemplo:Fabricar vehículos para que la gente los compre.


Sin embargo, debido al impacto de la tecnología “convencional” de generación de energía a partir de recursos hídricos y combustibles fósiles, es fundamental entender estos dos conceptos adicionales:

Crecimiento

El desarrollo de actividades para atender una demanda de progreso masiva.
Ejemplo:Producir vehículos para abastecer la demanda de una ciudad entera.

Sostenibilidad

Garantizar los recursos para el desarrollo estas actividades.

Ejemplo:Contar con suficientes insumos (metal, combustible, agua) para mantener el desarrollo de estas soluciones.


Estos dos últimos conceptos se vuelven relevantes cuando el crecimiento supera la sostenibilidad, por ende es cada vez más difícil asegurar el progreso de la humanidad.

Que es nuestra situación actual y el punto de partida para considerar energías renovables, donde la energía solar tiene un gran protagonismo. En esencia, la energía solar es un recurso virtualmente infinito, lo cual garantiza la sostenibilidad de cualquier proyecto de desarrollo energético; en términos de progreso la calidad de vida de quienes tienen acceso a la red eléctrica es el mismo, con la diferencia de que el riesgo de quedarnos sin electricidad por escasez de agua u otros recursos no renovables, desaparece. Del mismo modo, al recuperar la función primordial del agua como fuente de vida de flora y fauna -de la cual dependemos- garantizamos que aparte de electricidad tendremos alimento y bienestar por mucho más tiempo del que está previsto en las condiciones actuales.

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Categorías: Energía solar y Energías Renovables.