La idea de vivir a tiempo completo en una casa pequeña o ‘tiny house’ que mide 18 metros cuadrados, parecería un juego de muñecas. Sin embargo, hoy esta tendencia arquitectónica y social ha dejado de ser descabellada para convertirse en una alternativa sostenible con el medio ambiente y su bolsillo.

Aunque el origen de esta modalidad de vivienda no es tan reciente, pues en 1997 Jay Shafer construyó la primera mini casa de ocho metros cuadrados, un modelo que solo tuvo popularidad hasta 2005 como solución a todos los damnificados del huracán Katrina. También durante la crisis económica global del 2007 que afectó principalmente el sector inmobiliario, impulsando a varias personas para que construyeran  viviendas más baratas y rápidas.

Fue así como este modelo arquitectónico replanteó nuestra forma de vivir y consumir, pues ahora resulta atractivo vivir en una casa pequeña, con una vida más simplificada y menos invasiva. Por ejemplo con una tiny house se reduce el consumo de energía, pues un bombillo ilumina un solo nivel que mide menos de 20 metros cuadrados, no es necesaria la calefacción y un panel solar de 60w puede abastecer  todo el consumo eléctrico de la vivienda.

Hágalo usted mismo

Hacer una tiny house puede ser un proyecto tan motivador como didáctico, al ser una construcción pequeña y plegable en algunos casos. Armarla no requiere de una mano de obra experta, de hecho son sus habitantes quienes las diseñan y construyen como si fuese un juego de fichas de lego. De manera que cada teja, panel, puerta o ventana es puesta por usted hasta que va descubriendo el espacio y su funcionalidad, los errores se corrigen fácilmente y la inversión puede ser desde 15 millones de pesos.

Leer: Trucos para construir una tiny house

Materiales reutilizables

Una de las mayores ventajas es que estas son construidas con materiales naturales que han sido reutilizados como la madera reciclada o de un tronco caído, también son utilizados otros elementos que sirven para impermeabilizar como el tetrapack  o las botellas plásticas.

 

Cada espacio es útil

Aquí no hay lugar para las cosas triviales, pues cada rincón tiene una función, las escaleras pueden ser un cajón, la cama puede ser convertible y cada compartimiento al ser a pequeña escala lo obliga tener cada vez lo necesario. ¿Una buena forma de ahorrar, verdad?. Pero también de ordenar, ya que esta es la regla principal para que la tiny house  no colapse, pues cada cosa, desde la más pequeña tiene su lugar, o de lo contrario, estorba e incomoda.

No quiere decir que  su interior sea simplón y aburrido,  de hecho cada mini casa es única, pues es construida a partir de las necesidades de quien la habita, de manera que cada rincón va siendo personalizado con detalles.

De cinco estrellas a millones de estrellas

Por lo general este tipo de vivienda ha tenido acogida en espacios rurales, donde el patio trasero es una finca, un bosque o hasta la playa, una ventaja que difícilmente lo haría extrañar otro modelo de casa tradicional. Al ser un espacio pequeño la vida se simplifica al punto desarrollar su capacidad de adaptación, su viajes ya no van desear un hotel cinco estrellas porque le va a ser más atractivo el bosque, acampar, colgar una hamaca frente a la casa y hacer varias actividades al aire libre.

Acercamiento con la naturaleza

De pendiendo de su diseño y qué tan robusta y ecológica sea su construcción, una tiny house  puede ser un buen ejemplo de mimetismo, una ventaja funcional con la que se puede disfrutar de todos los espectáculos naturales las 24 horas del día; el avistamiento de aves es una de ellas, entonces ya no va a ser necesario el despertador si a las seis de la maña lo despierta el canto de un ave tapaculo o un trogón. Y ni hablar de los astros, la lluvia de estrellas y las fases lunares que se pueden ver desde el balcón, mientras cena o toma una taza de café.

 

 

 

 

 

 

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