Seguramente usted ya ha visto en algún post sobre inventos ecológicos la famosa lámpara que funciona con agua y cloro dentro de una botella. Sin embargo, aunque parece un trabajo sencillo y hasta lógico, este sistema de iluminación tiene un autor, un ingeniero que le cambió la vida a su comunidad en Uberaba, en el sur de Brasil en 2002.

Fotografía de Gabriela Romeiro/ Believe.Earth

 

Alfredo Moser es para muchas familias de bajos recursos, un genio de la lámpara; su invento, hoy conocido como lámpara Moser solucionó un problema de luz en su ciudad, donde solo tenían energía las fábricas y había frecuentes apagones.

El invento (al que actualmente le llaman método Moser y  ha sido replicado a gran escala en otros quince países entre ellos India, Bangladesh, Argentina y Fiji) nació luego de que en una conversación con su jefe se imaginaran en un accidente donde su método de supervivencia sería poner exponer una botella plástica en el sol para hacer efecto lupa hasta causar fuego.

Al regresar a la casa Alfredo no se quedó con la duda y empezó a experimentar de otra manera, sin ningún diseño,  hasta notar el gran efecto que tenía poner una botella con agua en el techo.  “Es una luz divina. Dios nos dio el Sol a todos, así que la luz es para todos. Quien quiera (usar su sistema de iluminación), ahorra dinero. No vas a electrocutarte con esto y no te cuesta ni un centavo”, relató Moser.

Según Alfredo, se estima que dependiendo de la cantidad de sol durante el día, la luz puede alcanzar de 40 a 60 watts.

Mientras esta lámpara no emite CO2,  un bombillo común de 50 watts encendido por 14 horas al día emite casi 200 kg de CO2 en un año; las botellas que se utilizan siempre son recicladas y vienen de la misma comunidad, por lo que no se utiliza energía para transportarlas.

Luego en 2011 Illac Angelo Diaz operador de la ONG Litre de Luz decidió replicar el proyecto en lugares como Filipinas ayudando a 382.000 personas y más de un millón en todo el mundo. La idea original del ingeniero brasilero también fue utilizada para desarrollar una  bombilla conectada a paneles solares, cuya absorción de energía permite 25.000 instalaciones domésticas y que 3.000 postes se alumbren de noche.

Además se ha generado empleo en las comunidades donde varios jóvenes reutilizan las botellas para hacer las lámparas ya instaladas en una teja pequeña que luego instaladas en las casas.

Solo en tres pasos

Estas lámparas funcionan con la refracción de la luz solar utilizando una botella de 2 litros con tapa, agua y dos tapas de cloro

  1. Llenar la botella con agua y cloro para evitar que el agua se torne verde por moho o algas.
  2. Se hace un hueco en el techo con la misma circunferencia de la botella
  3. Se fija la botella con resina para evitar goteras, dejando la mitad de la parte superior hacía afuera.

 

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